La Madre del Mártir

Me enterraron los sueños, me enterraron la vida,
me enterraron la alegría pura del vivir.

Ay, mi niño se me va, se me escurre como el agua y nada puedo hacer
¿Quién dio a mi niño su último arrurú?
¿Quien le tendió brazos tibios de consuelo en medio de su morir?
¿Por qué, Dios mío, por qué me arrebataron un pedazo de alma?
¿Por qué me quitaron de la vida la esperanza?

Nunca en la historia de los humanos ha sido fácil ser la madre del mártir y menos aún cuando no se sabe serlo, cuando ni aún tu crío se sabe serlo.

Aquella mañana salió de casa siendo un estudiante,
un trabajador, un simple hombre.
Pero nunca volvió, sólo regresó el mártir.

Qué daría yo por darles el mártir y que me devolviesen a mi hijo;
cómo me tortura de día y de noche pensar que su último exhale
fue tirado en la calle, rodeado de gente que no sabía ni su nombre,
lejos del vientre que llevó su vida, lejos de la teta que día a día lo nutría,  lejos de los brazos que sin importar que lo pasara siempre lo mecían.

Siento que no hay suficiente aire para darme vida,
¿acaso no podré nunca más volver a respirar profundo?
Mi hijito, mi pequeño hijito.

¿Cómo soportar la cruel paradoja de que a mi hijo lo mató estar demasiado vivo,
 tener muchos sueños, volar demasiado alto?
¿No hubiera sido más fácil criar a un hombre máquina,
a un hombre que no siente, a un hombre que no sueña, a un hombre que no se alza?

Sólo me queda refugiar mi dolor bajo la idea de que mi hijo murió libre:
libre en sus ideales, libre en su corazón;
libre a diferencia de los malnacidos que tienen el control
y manejan con hilos finos la corrupción.

Mi hijo murió libre porque son libres los que sueñan,
son libres los que creen en un mundo mejor.
Que daría yo por tener en mis brazos al hombre simple,
al muchacho mal genio y desordenado, a mi niñito de ojitos despiertos,
en vez de este etéreo mártir que no puedo ni tocar,
en vez de este involuntario mártir que no puedo ni besar,
en vez de este tan temprano mártir que con su muerte -mi vida al lado de la suya- ha hecho enterrar.

Poema dedicado a Exequiel Borvarán y Diego Guzmán, mártires involuntarios.
Dedicado con mucho amor a sus madres y sus familias, cuyo sufrimiento es sólo

imaginable para quienes no hemos vivido tan trágica experiencia.

Desde el corazón, os acompañamos en la lucha.

Melancolía de Otoño en Flor

Flor hecha de hojas de otoño
Flor muerta hecha de esperanzas de otoño
La primavera marchita en tu cuerpo
anuncia el brote de una nueva estación,
evidencia el sueño de tus verdes alegrías
hasta que vuelva a salir con potencia el sol.

Es hora de guardarse, ya pasó el tiempo de la acción.
No queda más que sentarte a esperar
que todo aquello que un buen día sembraste
aparezca convertido en una flor.

Te recorre por dentro un viento frío;
frío, pero que no congela;
tibio, pero que no envenena;
caliente, logras ver de esta vida tu condena.

El crujido de tu cuerpo cuando te rompen en pedazos,
tu vida extendida ante ti en miles de átomos.
Cada hoja que se desprende de tu cuerpo
es un grito que solloza en el silencio,
en el ahogo de una melancolía de otoño
que te recuerda y que te enrostra
que ser flor no es algo eterno,
y que todo renacer implica la muerte.

Ángel de la guarda

Mi ángel de la guarda no tiene alas,
se mueve en bicicleta,
no siempre usa casco,
amarra su bici con una cadena oxidada y vieja,
se levanta temprano y se acuesta tarde
tiene el lomo cansado y lleva ojeras.

Mi ángel de la guarda
no aprendió en la escuela:
le enseñó la vida, y así como la vida,
mi ángel no tiene buena ortografía.

Mi ángel de la guarda
es bueno para hacer magia:
con muy pocos pesos
puede alimentar a todos los de la cuadra.

Mi ángel de la guarda no es joven ni viejo
no es hombre, no es mujer ni niño
Yo diría más bien que es joven y viejo,
es hombre, es mujer y es niño.

Mi ángel de la guarda
está agotado de hacer el bien
en un mundo que cada día va más mal.
No es extraño que el suicidio contemple,
pero sabe que por sus hijos nadie más va a velar.

Mi ángel de la guarda
es mío y de muchos más,
a veces le dan ganas de jubilar,
pero sabe que la cosa con las pensiones
es una estafa que lo amarra a toda la vida TENER que trabajar.

Mi ángel de la guarda
se pregunta por qué entre todos los ángeles
le tocó venir al mundo terrenal,
donde su alegría es mermada por la tristeza y la miseria,
por la desigualdad y la injusticia,
por la corrupción y la violencia;
nunca imaginó que en el mundo de los hombres
existiría tanta crueldad.

Nuestro ángel de la guarda está cansado,
Nuestro ángel de la guarda quiere parar.
Nuestro ángel de la guarda ya no puede guardar más.
Nuestro ángel de la guarda sólo quiere ser libre
Nuestro ángel de la guarda sólo quiere volver a volar,
Nuestro ángel de la guarda ansía la calma
Nuestro ángel de la guarda sólo anhela silente paz.

Amada escritura dos puntos

                         Perdona mi ausencia coma que no ha sido más que la material coma pues mis dedos mentales siguen expresando permanentemente en palabras unidas por puntos coma conjunciones y comas aquellos sentires y aquellas imaginaciones que transitan casi sin descanso por eso que llamo mi cabeza punto seguido he de confesarte que bajo ninguna circunstancia mi letargo se ha debido a la falta de inspiración o interés coma sino mas bien  por una suerte de falta de coraje punto seguido me domina un espectro esclavizante que subordina tanto mis escritos como mi conciencia al deseo de una perfección inalcanzable coma algo así como una utopía imposible coma algo así como navegar en un bote a remo para alcanzar el horizonte y darse cuenta que éste jamás se acerca coma sólo se aleja más y más como burlándose de nuestra ridícula empresa coma la cual no es nueva sino que ya ha llevado consigo la cordura de miles y miles de soñadores que lo intentaron antes que uno punto seguido ay coma escritura qué de mí sería sin tu finita explosión infinita en la que mis sentires y pensamientos toman una forma que no es la suya coma pues jamás ninguna de las inagotables combinaciones de letras y luego de palabras y luego de frases y luego de párrafos y luego de páginas completas podrían semejarse a los torbellinos mentales que juegan día y noche por esto que me enseñaron a denominar como mi mente y bueno después de todo no es sólo el espectro que me esclaviza a la idea de la perfección escritural y vivencial coma sino también el ritmo de una vida capitalista que es rápida como esta corriente de conciencia sin pausas y sin nada que nos permita sentarnos coma tomar un helado coma mirar el vuelo de un pájaro errante coma disfrutar el despeine de la brisa coma no hacer nada por muchos minutos y sólo ser un espectador de la vida que pasa y no deja de pasar punto y coma este ritmo drena de nuestras venas abiertas la energía que coma de ser libres coma usaríamos en otras cosas como aquellas que explotan como cuando un brote asoma por primera vez su nariz desde la obscuridad de la tierra hacia el mundo atmosférico coma esas cosas que como pulsiones subterráneas o latidos toman la forma de pasiones encerradas que sólo llegamos a vivenciar en lo onírico como si eso pudiese satisfacernos al menos mentalmente coma haciéndonos sentir que en esa otra dimensión paralela que existe cuando dormimos podemos hacer cualquier cosa coma llegar a ser y a materializar nuestros deseos más internos siendo capaces coma fuertes y potentes para lograrlo coma así como cuando el espíritu se enamora de otro espíritu y siente que en sí lleva el poder y la fiereza para hacer cualquier cosa coma absolutamente cualquier cosa coma porque nada es imposible ni inalcanzable coma pues esa fuerza indecible que nos inunda como un río recién llovido nos convence y nos hace sentir hasta en los huesos de que podemos hacer lo que nos plazca coma  así como que aquello que era sólo realizable en el plano de lo onírico es ahora posible y realizable porque eso que por acuerdo humano arbitrario que hemos decidido nominar como amor es la fuerza más grande que puede llenarnos paréntesis aunque hay gente que dice que existe una fuerza igual de grande coma algo llamado odio cierra paréntesis y bueno si pudiésemos ser un poco libres y no estar atados a la concreción de medios que nos permitan acceder a la satisfacción de nuestras necesidades básicas de supervivencia probablemente  nos embarcaríamos en la exploración sin límites de las habilidades que se nos han conferidos por ser humanos coma navegaríamos los límites de nuestros corpóreos cuerpos y daríamos rienda suelta a la expresión subjetiva que nace de nosotros a cada instante y sí coma dentro de ello estaría la escritura coma la amada escritura coma que cada día me convenzo más de que es un lujo de los que pudieron aprender a leer y a escribir coma pero más que eso aprendieron a ser dueños de su propia palabra y ponerla por escrito punto seguido y no es sólo un lujo coma a veces es también una tortura que no te deja dormir coma que te desvela y te mantiene inquieto hasta que logras de algún modo sentir que satisfaces en el escrito el deseo de expresar impecablemente los susurros y los gritos de la subjetividad inherente