miércoles, abril 15, 2015

Ángel de la guarda


Mi ángel de la guarda no tiene alas,
se mueve en bicicleta,
no siempre usa casco,
amarra su bici con una cadena oxidada y vieja,
se levanta temprano y se acuesta tarde
tiene el lomo cansado y lleva ojeras.

Mi ángel de la guarda
no aprendió en la escuela:
le enseñó la vida, y así como la vida,
mi ángel no tiene buena ortografía.

Mi ángel de la guarda
es bueno para hacer magia:
con muy pocos pesos
puede alimentar a todos los de la cuadra.

Mi ángel de la guarda no es joven ni viejo
no es hombre, no es mujer ni niño
Yo diría más bien que es joven y viejo,
es hombre, es mujer y es niño.

Mi ángel de la guarda
está agotado de hacer el bien
en un mundo que cada día va más mal.
No es extraño que el suicidio contemple,
pero sabe que por sus hijos nadie más va a velar.

Mi ángel de la guarda
es mío y de muchos más,
a veces le dan ganas de jubilar,
pero sabe que la cosa con las pensiones
es una estafa que lo amarra a toda la vida TENER que trabajar.

Mi ángel de la guarda
se pregunta por qué entre todos los ángeles
le tocó venir al mundo terrenal,
donde su alegría es mermada por la tristeza y la miseria,
por la desigualdad y la injusticia,
por la corrupción y la violencia;
nunca imaginó que en el mundo de los hombres
existiría tanta crueldad.

Nuestro ángel de la guarda está cansado,
Nuestro ángel de la guarda quiere parar.
Nuestro ángel de la guarda ya no puede guardar más.
Nuestro ángel de la guarda sólo quiere ser libre
Nuestro ángel de la guarda sólo quiere volver a volar,
Nuestro ángel de la guarda ansía la calma
Nuestro ángel de la guarda sólo anhela silente paz.









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