amo y aborrezco
a la otra que soy
pero ¿quién habla?
¿quién es la otra
y quién el soy?
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Declamación del poema en el 1er Encuentro de performance y arte político"Persistencias" (19-26 nov.) gestionado por Registro Contracultural. Fotos: Eme Echeverría www.registrocontracultural.cl |
llevo ya mil años
engañando al tiempo
escribo la edad que deseo
a cada lugar y momento
ya viví con otros hnombres
extraños e impuestos
en elegir el nombre propio
también se escoge una edad
encontrarse a tiempo en un tiempo
anclarse a un proyecto de temporalidad
¿será que fue este mi tiempo?
la sincronía del pensamiento
se me abrió sólo con otras
discutiendo en la noche en lo abyecto
lo formal hiede a muerte:
subastar cada día de vida por un sueldo
incapaz de pagar el agua
y de pagar el tiempo
¿qué susurra el grito
de una existencia arrebatada?
¿qué susurra el grito
de una vida insípida
sin sabor a nada?
el invierno inventa un secreto
que después el sol viene a robar
está oscuro sólo brilla ese calor
que producimos para hacerle frente a la locura
tan expuesta está la vida
tan indiscutiblemente frágil
que es mejor vivirse más mentirse menos
somos muy breves para sueños de neón
quiero tocar quiero besar quiero crear
conmoverme con un hilo de sol
acercarme a la que nunca fui
el secreto del invierno me hechizó los ojos
-y me dio terror
los colmillos del bosque me clavaron un talón
y aunque el otro sigue libre
aquí hay lugar para pensar
En homenaje a Alejandra Pizarnik
el lenguaje oculta
los cadáveres del pensamiento
la escritura recoge
a los muertos
les besa en la frente
y les da lugar
para que les visiten
espíritus inquietos
que de hondura se han perdido
en el lugar sin regreso sin jamás
la amenaza del tiempo
fragua una posibilidad
que de tan incomprendida
cierta
de tan oscura
aterra
y de tan clara
ciega
el sentido de la experiencia
es sólo reconocido
en su propia reiteración
me reitera la experiencia
que es lo mismo que decir
que reitero mis experiencias
intentando construir sentido
allí donde no lo hay
porque simplemente
no puede haberlo
porque no-lo-hay
y saborear esta certeza
con todo el tiempo que pueda tomar
permite entender cuánta cosa
estamos repitiendo
cuánta cosa torcida que hace mal
hay que aprender a ser libres por mano propia
ponerle nombre a la experiencia auténtica
de esa cosa libertad
enrollé mi columna vertebral
como estrujando un trapo
pero en vez de agua sucia
un torrente de pena como mar
con los ojos vueltos atrás
y las caderas hacia delante
vi lo que no quería mirar
vi las huellas vi las penas
las contradicciones de lo impropio
una bandurria palma arriba
extrañamiento de ciudad
percibí que abrir el pecho
no siempre abre el corazón
las ideas enjauladas
se pudren y hacen mal
hay que dejarlas salir
como lluvia de agua viva
como tormenta de aquí
del sur
apenas sale el sol
hay que tender el trapo
si queda húmedo saca hongos:
también se hace moho en el corazón
quiero ir a dormir la siesta
pero me inquieta
no entender
qué acaba de pasar
la extrañeza de saber
que esta es tierra fértil
para el horror
para el olvido
que una mentira vale más
que mil verdades
que el dinero puede más
que lo que sea que escriba acá
después de todo
la verdad no vende
no tiene buen merchandising
en un oasis neoliberal
nos duele el sueño perdido
del país que no fue
¿es posible consolar acaso
un dolor así?
quiero irme a dormir la siesta
para olvidar lo perdido
pero su huella imborrable
se tatuó como convicción
el país que no fue desfilará
en nuestras memorias
susurraremos a les niñes
cuál fue nuestro sueño común
y aunque de la tierra seca
el pasto vuelve a brotar
también lo hace la maleza
tan abundante por acá
las semillas germinan a oscuras
subterráneas antes de brotar
y aunque invisibles están vivas:
¿será por ellas que no puedo descansar?
Un país herido Fotografía tomada en el primer aniversario de la revuelta popular |
odias mi oscuridad
porque no sabes aceptar
que no todo es efervescencia
ni una escena de festival
no,
no odias mi oscuridad
odias la idea de lo opaco
de lo que está en bruto
ausente de dios
odias la sinrazón de abierto
de lo rasgado a la mitad
sus vísceras podridas
aliviándose la pus
te aterra el lenguaje de lo herido
porque se niega a susurrar
y devenir un síntoma:
a ti te aterra el grito
no,
no odias lo oscuro
odias su exterioridad
su poca máscara
su tanta honestidad
no, no odias mi oscuridad
sino esa parte de ti mismo
que miras de reojo sólo borracho
te aterra el hedor de lo sin nombre
el no regreso el no después
mirar de frente eso innombrable
no, no es mi oscuridad
lo que odias
es tu propio simulacro
con los pies bien hundidos
en la catástrofe irreversible
las grietas de la tierra se expanden
las redes del micelio
que siempre allí
de pronto se nos hacen visibles
¿es que ha cambiado el ojo?
¿es que ha cambiado la luz?
cuánta potencia tiene
la conciencia cierta
de la muerte
tantos cables y aún desconocemos
las conexiones que siempre allí
tantos aparatos con luces
e incapaces de un fuego prender
matamos a un dios para ponernos en su lugar
parece que nunca lo matamos
olvidamos muy rápido a Narciso
y su premonición epocal
cuánta conciencia tiene
la potencia cierta
de la muerte
¿es que ha cambiado el foco?
¿es que queda poca luz?
se borra el delineado de las formas
este nunca fue nuestro reino
tantas cortinas de humo
tanto espectáculo de la estupidez
empezó el conteo y no sabemos
qué carajo hacer
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Ainil: tierra de belleza oscura - junio de 2022 |
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Un bosque que no se deja de mover - junio de 2022 |
A diferencia de nosotres, que pretendemos una completa reposición de los efectos que los cuerpos vivientes experimentan producto de la acción de la vida -y que hasta nos inventamos las más sofisticadas tecnologías para hacerlo-, los San Pedro aprenden a crecer a pesar de sus heridas y deprivaciones. Jamás regeneran aquellos tramos en donde las huellas de la sequía o deshidratación marcaron su memoria, su trazo inevitable, en tanto han sido parte del proceso histórico de conformación de su forma. La reposición nunca es del todo, no hay una forma original a la cual volver. No hay naturaleza ni esencia, sólo hay movimiento, que siempre tiene un desde y un a-pesar. No es reparable la fractura: está vuelta condición. Y como condición, sólo puede aprender a buscar haces de luz en otras esquinas, deformándose todo lo que sea necesario para no morir.
A mi mamá
La muerte no es mañana:
cada día siendo un poco
acaba de pasar
la ficción de que hay mañana
nos sustrae del hoy día
nos ausenta del problema
de aún estar acá
la conciencia profunda del presente
puede volver a un abrazo eterno
que consciente de su muerte
se inmortaliza atemporal
trasciende cordilleras
dimensiones y mares
disponible al evocarlo
guarda tibio su calor
no hay promesas ni destinos
esperanzas salvíficas
ni apocalipsis devastador
cada humano es dado de un tiempo,
que experimentado al radical,
puede desbordar tridimensiones
habitando pasados y futuros a la par
aniquilar la longevidad
para habitarse como cuerpo frágil
sin besos ni palabras perdidas
tragadas sin saber nacer
tentáculos extendidos desde la muerte
también pueden reconfortar
la inquietud por el presente
también es una forma de amar
Luna llena del otoño de Abril |
Una y otra vez
me acompaña la pregunta
que bebe de mi centro
lo que sea que allí hay
nunca me han crecido alas
sólo tentáculos:
tengo miles de pies
hebras de piel vieja
inundan la cama
y hay que saber navegar
letras de otro tiempo
acogen mis mil pies cansados
y colman mi sed
la pregunta se hace suave
de terremoto a temblor
tiene infinita paciencia
y mil pedidas de perdón
algo pulsa y supura
algo que no sé
¿cómo se llama a aquello
que no se puede nombrar?
el lenguaje es la sutura
del silencio deshilachado
la palabra da lugar a la hebra
que zurce la voz:
el habla es la costura
botones arrumados en una cajita de metal
esperando en la oscuridad del tiempo
que algún recuerdo que algún niñe
que alguna mano hábil
les dé un lugar
en esta maquinaria magnética
inmensa ola de sal
movimiento que descose todo
que no zurce que no espera no repara
ácido de materia
que no sabe hilar
y ha olvidado nombrar
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Victoria. Febrero de 2022. |
No se trata de escribir sencilla o complicadamente, la cuestión consiste en escribir conduciendo a la (in)quietud.
Para quien escribe, se trata de escribir lento, lentísimo y con lentitud, y acaso el único efecto que tal vez podamos generar en alguien que alguna vez nos lea, sea el de pensar más lento, lentísimo y con lentitud.
me voy a arrojar en esta página
que aunque blanca
nunca lo está del todo
palabras, una libreta, admiración
aparecieron todas cuando el viento acarició
a un arbolito que se mece a través de mí
un cuerpo resiente la distancia, los años, la fugacidad
los recuerdos que al ser recordados,
son inventados un poco más
un cuerpo se regenera
aunque nunca del todo:
cada vez que una potencia nace
corre el riesgo de naufragar
dos lenguas abrazadas
resistiéndose al olvido, al tiempo, a la banalidad
aparecieron en mi boca silente
que no te deja de nombrar.