viernes, mayo 22, 2020

de baño y de labial


hoy me duché
me limpié el sudor de una noche insomne,
los olores a claustro
y las penas de otro ayer

me lavé el pelo,
con un champú barato de manzanilla
ese que viene de a litro
y que una misma debe trasvasijar

removí mis aceites carnales
y los pensamientos que por viciosos,
marchitan y enclaustran

froté entre mis palmas el jabón,
ese que alguien me dio de regalo
y que nunca me gustó

esparcí la espuma por mi cuerpo
y me refregué con fuerza
para remover junto con la mugre los dolores
y algunas ensoñaciones diurnas que hacen mal

mientras caía el agua tibia,
aprecié mis cicatrices de guerra
que aquél rayito de sol de mediodía
vuelve tan nítidas para acariciar

tras secarme me miré al espejo
recorrí a dos ojos la eternidad de un cuerpo desnudo
seguí sus geografías sin apartar la mirada,
sin mentirme entrando la panza

me puse el labial rojo
porque aunque nadie me vea, ni pueda salir
tengo una erótica conmigo misma
me gusta jugar a ser otra,
esa otra de los labios bien rojos,
que a la vez, sigo siendo yo

me puse ropa cómoda y un aro de uso ocasional
me senté en el balcón, con mis plantas y el mate
para jugar a divagar y vivir otras vidas posibles
en el tiempo que toma secarse el pelo sólo con el calor solar

levanté mi rostro al cielo que cubre una ciudad apestada,
ese mismo cielo que guarda tantos secretos de mí
en silencio cerré los ojos,
y con mis labios rojos, sonreí.

Luna. Autorretrato




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