Quisiera con palabras componer una obra maestra. Por eso, leo libros sobre lírica, poética, narrativa, gramática, bonística, perfécstica, maéstrica, poemística, fantástica, amorística, sueñística, bellística y leo también diccionarios. Me esmero, me tomo todo el tiempo que sea necesario.
Escribo y vuelvo a reescribir lo que ya he escrito. Hago rayones, me cambio de asiento, me preparo un café, me voy al balcón a tomar aire fresco, cambio de lápiz, cambio de libreta a cuaderno, empiezo otra vez a escribir, me inspiro denuevo, me quedo en panne, me preparo otro café, pienso mientras miro el techo, doy vueltas por mi casa, recito en voz alta lo que ya tengo escrito, me siento, leo poemas de grandes autores, me inspiro denuevo, me fijo si no estoy haciendo un plagio, mezclo el escrito viejo con el nuevo, desecho ideas, elimino palabras-frases-versos y hasta párrafos completos, pero igual rescato algunas palabras, esas que quiero usar en mi obra maestra sólo porque me encantan y porque se me atravesó la idea de que quiero utilizarlas, como es el caso de
multiforme,
alma
noche
hazaña
ensayado
mariposa
alusión
ajeno
utopías
humanice
conjuntas
encarna
bagajes
sinrazón
errante
nómade
libertad
aptos
ilusión
informal
ajustes
deprívame
luna
bailarina
ritual
procedía
Morfeo
enhebrar
crímenes
jaque
alter ego
escéptico
miserable
talones
movimientos
enloquecido
erótica
reptar
vaticinio
poesía
delirios
hipocampo
infame
límbica
musa
deshumaniza
tierra
música
forajidos
inexiste
inherente
equidistante
kilómetro
instante
transcurría
castañeteaban
patraña
brasier
famélico
sincronizado monocromía
regalonearte
latir
carmínica
y
poemística
(por decir algunas)
He terminado (supuestamente, porque aún la obra más fina y acabada está siempre sujeta a edición) Pero he terminado al fin y me siento satisfecha. Y me pasa que me pongo a pensar en ti, y sólo bastan los segundos que necesiten mis manos para transcribir lo más rápido y fidedigno posible los sentires, verbos y adjetivos que tú me das para que de mí surja una obra maestra al instante, sin rayones, sin ediciones, sin pannes.
Sucede que lo que provocas en mí es tan bello,que...
No, no.
Sucede en realidad que lo que creo entrever de tu alma al mirar tus ojos es tan bello, que...
No, no.
Sucede que todo lo que haces, aunque sea lo mismo que hace todo el resto de los humanos es tan bello, que...
No, no.
Sucede que es la forma en que haces todo lo que el resto de los humanos hacemos, te sale tan bello que...
No, no.
Sucede que algo activaste en mí, algo tan profundo, secreto e inefable, algo que ni siquiera sé que es pero que me hace mirarte con los ojos que un gato mira a la luz que emite un espejo cuando es tocado por un rayo de sol, como si fuera la cosa más intrigante, mística y fantástica que en su gatuna vida haya visto, y es precisamente eso, esa cosa que es tan infernalmente bella que hace que todo lo que yo escriba inspirada en ti, o pensando en ti, o soñando contigo, o estando contigo, o medianamente cerca tuyo sea maestro, sea bello. Y será bello, tan bello como la belleza misma, será sublime, será poético, será celestial, será divino. Será tan fuerte y tan intenso que quien lo lea escuchará el mar, sentirá el viento, pensará en alguien que sea lo que tú eres para mí, pero para sí mismo.
Y aún si mis escritos no remecen el alma a nadie, a mí no me importa porque para mí un escrito inspirado en ti y en lo que vivimos será siempre algo comparable a un milagro, a un sueño mágico, y por sobretodo, lo más importante es que escriba lo que escriba, viva lo que viva, pase lo que pase, eres tú para mí la más bella obra maestra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario