lunes, diciembre 30, 2013

Eres


Eres un sueño lejano
del cual se recuerda sólo una sombra
del cual no se entiende bien la trama
del cual acorde pasan los días,
no se recuerda ya nada.
Cual novela que
por obligación leída
no se recuerda sino a sus personajes,
bien sólo al protagonista,
que en este caso soy yo
soñando un sueño
que vagamente recordaré al despertar.


domingo, diciembre 29, 2013

Corriente de consciencia rápida 2: Sobre la Noción de lo 'tuyo'



La palabra 'tuyo' históricamente ha hecho alusión a algo perteneciente a un otro a algo puramente externo y poseído por un otro y completamente fuera del yo como el antónimo exacto de lo 'mío' mas en estos días he reflexionado sobre lo 'tuyo' como construcción ineludible de un tú y un yo lo tuyo no está enteramente fuera de mí sino que muy por el contrario para que el tuyo exista necesita de un tú y un yo es decir lo tuyo ya no es tan tuyo pues necesita a un yo externo para construirse sin el yo el tuyo no puede ser construido y es esto precisamente lo novedoso puesto que una noción que indicaba algo ajeno e impropio ahora sería una noción sobre algo personal y propio.

sábado, diciembre 21, 2013

Alma Desnuda - Alfonsina Storni


Soy un alma desnuda en estos versos,

Alma desnuda que angustiada y sola

Va dejando sus pétalos dispersos.


Alma que puede ser una amapola,

Que puede ser un lirio, una violeta,

Un peñasco, una selva y una ola.


Alma que como el viento vaga inquieta

Y ruge cuando está sobre los mares,

Y duerme dulcemente en una grieta.


Alma que adora sobre sus altares,

Dioses que no se bajan a cegarla;

Alma que no conoce valladares.


Alma que fuera fácil dominarla

Con sólo un corazón que se partiera

Para en su sangre cálida regarla.


Alma que cuando está en la primavera

Dice al invierno que demora: vuelve,

Caiga tu nieve sobre la pradera.


Alma que cuando nieva se disuelve

En tristezas, clamando por las rosas

con que la primavera nos envuelve.


Alma que a ratos suelta mariposas

A campo abierto, sin fijar distancia,

Y les dice: libad sobre las cosas.


Alma que ha de morir de una fragancia

De un suspiro, de un verso en que se ruega,

Sin perder, a poderlo, su elegancia.


Alma que nada sabe y todo niega

Y negando lo bueno el bien propicia

Porque es negando como más se entrega.


Alma que suele haber como delicia

Palpar las almas, despreciar la huella,

Y sentir en la mano una caricia.


Alma que siempre disconforme de ella,

Como los vientos vaga, corre y gira;

Alma que sangra y sin cesar delira

Por ser el buque en marcha de la estrella.

martes, diciembre 17, 2013

Poema 22



Procesos, procesos.
Bienvenidas, no finales
Abrazar cada vez más
y con mayor fuerza
nuestras utopías e ideales
Los sueños que nos remecen por las noches
y que nos despiertan por las mañanas.
Ubiquemos nuestras almas conjuntas
en un espacio de co-construcción ininterrumpible
en donde libre de volar
tu vibrar y el mío,
se humanice nuestro frío.
Mirar hacia el futuro,
anclados en las historias de nuestro latinoamericano pueblo
Reencontrarnos cara a cara
con lo que nos origina y nos encarna
Dilucidar nuestra real silueta
de aquella bruma que nos opaca
y que a ratos nuestra visión empaña
Cuestionar hacia dónde van nuestros pasos
Escuchar hacia dónde nos mueve el alma
¿Promover la libertad o atar manos?
Deconstruir lo que se conoce
Para alcanzar el imposible
Para encontrar aquello oculto
que está esperando librarnos.
Emprender infinitos viajes
que nuevos rumbos abran,
palpitar con cada acto.
Liberar y expandir el alma.
Tan sólo dale una mochila, un pan
y sin mapa
Déjala ir viajera, juguetona y mansa
A recorrer el ciclo infinito de la vida
Déjala conectarse con otras almas
No le digas que se tiene que entrar temprano
No la busques moderar
Permite su fluir libre
Su aprendizaje sin final.
Y luego, cuando un poco de conocimiento (ob)tengas
Te pido, porfavor, compártenos tus luz.
Enseñémonos de nuestros bagajes
Compartamos nuestra reflexión
Enriquezcamos nuestros seres
Del tú, del yo, del tu-yo
De ustedes
De él
De ella
De ellos
Pero sobretodo, De nosotros.
Enterremos nuestros egos
Y ámate.
ámame.
amémonos.
Busquemos de esta vida la alegría
el sentido, la sinrazón
Entreguemos nuestros cuerpos
en pro de lo trascendental
Y no olvidemos, amados otros seres humanos
Que el ver conlleva responsabilidad
Que el hacer no es un acto al azar
Que el poder reside en todos nuestros actos
tanto por acción como por omisión
y que si de esta vida la felicidad olvidamos,
no nos hemos jamás de salvar.


*Poema escrito para y leído durante mi ceremonia de licenciatura.

lunes, septiembre 23, 2013

El viajero eterno


Viajero, cuéntame ¿no te cansa llevar tanto tiempo de viaje?
¿no te cansa ser errante?
Llevas ya 35 años viajando, en Septiembre serán 36.
Por la tierra has dejado tus semillas,  tus raíces no son posibles de rastrear.
Aún tu acento no revela tu lugar de origen, es el mundo tu hogar.
Con tus ojos has visto como cocinan en India, en Nicaragua y en Perú.
Has visto la corrupción en todos sus colores,
y a gente de todos los credos has visto sufrir.
Viajero, vives con poco. Lo que tú eres cabe en esa mochila gastada que llevas al hombro.
 Es ligero tu equipaje, mas grande tu pena.
Has visto amaneceres desde el cielo, desde las montañas y desde el mar.
Tu ser maneja cuatro idiomas, eres un mosaico para admirar.
Viajero, quiero sentarme a oír tus historias, con un mate o un café,
conocer cómo han visto tus ojos el mundo que yo aún no recorro,
qué de eso puedo aprender.
Pero veo un dejo de tristeza en tus ojos, viajero
Y es que a tus 56 años aun no sabes quién quieres ser.
Creas bocetos de ti mismo, pero ninguno te satisface jamás.
Entiendo alguno de tus sufrires, viajero
La obsesión egocéntrica dominándote aunque no quieras.
La anorexia tatuada en tus pómulos y marcándote la piel.
Dices que hay cosas que lamentas, como no ver a tus hijos crecer.
No eres un padre ausente, sino un padre errático, sin destino ni final.
Sí amas, de eso no hay duda, pero tu amor se mueve junto a tu ser.
No permaneces en un lugar más tiempo del que te permiten tus pies nómades.
Eres preso del movimiento, esclavo de la libertad.
Hasta pronto, Danilo.
Espero en otro viaje, volverte a ver.





lunes, septiembre 16, 2013

Tus efectos personales

Estimado:

Dadas las circunstancias, creo que hay que ser sinceros. Sin avisarme ni pedirme permiso hace un tiempo breve, pero intenso, te has instalado de lleno acá. Este ya no te es un lugar de tránsito, sino que más bien se ha vuelto tu morada. Pasan las horas del día y permaneces aquí como si fuera tu casa. Por esto, no queda más remedio que irnos por lo práctico y que tomes una maleta bien grande y traigas tus efectos personales.

Recomiendo que traigas tus libros, pues si vas a pasar aquí todo el día será mejor que los tengas a mano, porque qué sería de ti sin tus libros (además, si no los traes vas a empezar a leer los míos, y fijo que querrás leer el mismo libro que esté leyendo yo). Creo también, que sería bueno que traigas tus propios calcetines, porque me carga no encontrar el par que me quiero poner porque alguien se me anticipó.

De la ropa interior no vamos ni a hablar, es bastante obvio. Recomiendo, además, que traigas un par de pantuflas, para que andemos a lo informal. También sería bueno que trajeras tu sillón rojo, con el mío se hará poco si vamos a ser dos. Por el cepillo de dientes no te preocupes, te puedo prestar el mío, y si te da asco, bueno, tengo dos.

Quizá debieras traer tu tazón, sabes que no me gusta prestar el mío, así no nos peleamos por tonteras y compartimos sin líos un buen café. Se me ocurre que también podrías traer tu música, no quiero ser dictatorial. Quiero ser bien clara en esto: si vas a instalarte en mi mente así, jugando de permanente, será mejor que nos empecemos a organizar. El orden, el aseo, la comida. Vamos a tener que hacer un sistema de turnos o de distribución de labores, porque sabemos cómo mata las pasiones las rutinas que no tienen buena distribución.

No me pongas esos ojos grandes. Me gusta mucho que estés acá. En general, mi mente recibe más visitantes que moradores, y tú tienes ese no se qué especial. Me gusta que permanezcas, rara vez te vas. De hecho, me encanta que a veces me esperes con el agua caliente, lista para tomarnos un té. Sí, poco a poco te conviertes en un pequeño amo de casa, yo me río no más. Ah. Por último, si mi mente va a ser tu casa, quisiera pedirte que traigas una pintura, un cuadro, una fotografía gigante o qué se yo. Así, hacemos que de casa, mi mente se convierta en tu hogar.




     

sábado, septiembre 07, 2013

La rutina de siempre.



A Sonia no le gusta usar maquillaje, sin embargo, se lo aplica sin falta todas las mañanas.
Llega del trabajo a las 7 pm, directo a preparar la cena.
Una vez lista, su marido se sienta en la mesa y prende el televisor. Come con la boca abierta, no mira a nadie más que el televisor. Su hijo, habla con ella, pero tampoco la mira a los ojos porque está concentrado en respondiendo su Whatsapp.
Termina la cena. Sonia lava y ordena. Es siempre en este punto que llega el infernal momento, ese momento secreto que Sonia cree no poder resistir más.
Su marido la llama a la pieza. Sonia acude. Rápidamente la desviste; no hay besos ni caricias como los había en otro tiempo, sólo un par de manos brutas y torpes, que con la grasa del pollo de la cena aún, recorren el cuerpo tenso y frígido de Sonia.
Su marido la da vuelta, la toma por el culo y la penetra sistemáticamente, liberando en el acto todo su deseo animal . Sólo entra y sale, no toca a Sonia más allá de lo necesario para sostenerla, sólo quiere llegar rápido al orgasmo. Aliviado y sudoroso, se percata de que su mujer no ha emitido ni un susurro, y que se tapa rápidamente el cuerpo con una toalla que estaba a la mano, apenas él termina.
Enojado, le pregunta que si acaso ya no la calienta, y Sonia enrabiada le grita que hace años que ya no la calienta, que se ha vuelto un animal que sólo la usa para saciarse, y que no recuerda la última vez que la calentó.
Exaltado, el hombre le grita que esa no es manera de tratar a su marido, que cómo se le ocurre faltarle el respeto y en su propia casa. Se acerca y la toma fuerte de la quijada, diciéndole que si ya no la satisface es porque de seguro ella anda deseando otros picos. Sonia quita la gruesa mano de su marido de su cara y le grita que quizás debiera ir a montarse encima de otros hombres, para recordar cómo se siente el placer.
El marido alterado, sin pensarlo,  lanza una cachetada a Sonia en la mejilla izquierda, con todas sus fuerzas, lanzándola al suelo en el acto. No satisfecho, se inclina sobre la mujer y le tira el pelo, diciéndole que es una puta malagradecida, que con él nunca le ha faltado nada. Iracundo, y con los ojos idos, le pega 7 cachetadas más, cada una más fuerte que la anterior.
Sonia resiste los golpes pensando en su familia, en las onces familiares de los Domingos y el rico kuchen que preparaba su mamá; también recuerda los veranos que pasó en la playa junto a sus amigas de la Universidad, en los que sólo tomaban sol y salían a bailar. En la cachetada número 5 recordó al amor de su juventud, con quien tuvo una relación de 3 años, la que terminó cuando ella conoció a Juan, quien ahora procedía a darle la cachetada número 7.
Luego de unos minutos y al borde de la inconsciencia, Sonia se incorpora con dificultad, con ardor y sangre en el rostro, mientras Juan yace exhausto en la cama, viendo televisión, como si nada hubiese sucedido.
Temblorosa y asustada, se dirige al baño, cierra el pestillo y enciende la ducha. Da llantos ahogados, procura llorar en silencio la tortura de su matrimonio. Bajo el agua caliente de la ducha se pone en posición fetal en el suelo, siente el agua cayendo por todo su cuerpo y sólo desea morirse. No quiere salir nunca más de ese baño ni de esa ducha. Ya no quiere vivir más. Pero no dejaría a su hijo solo con la bestia de su marido, es su instinto maternal lo único que le da motivos para existir.
Con una fuerza de voluntad tremenda, y agotada por llorar callada, sale de la ducha. Se seca el pelo y se pone el pijama. Se acuesta en la misma cama en donde duerme su torturador. Procura dormir pegada a la orilla, evitando cualquier tipo de contacto con Juan.
Toma su celular y configura la alarma a las 05.35 am. Mañana toca sesión de maquillaje larga -piensa- mientras se queda profundamente dormida.




*Cuento en honor a todas aquellas mujeres que sufren en el silencio, ya sea violencia física, psicológica, verbal, económica o cualquiera. Recuerda que tú no tienes la culpa de nada. No existe nada que puedas haber hecho para que la violencia sea tu castigo. Nada.

domingo, agosto 11, 2013

Deprívame



Depriva a mi alma de tu cuerpo
y observa lentamente mi morir.
Depriva a mi alma de tus besos
y mira mi pelo caer.
Mi piel pálida, mi cuerpo frío
mis uñas azuladas, mis ojos idos.
Depriva a mi alma de tus manos
y mírame enflaquecer
Mi piel ictérica, mi cuerpo famélico
mi sangre helada, mi latir tímido.
Depriva a mi alma de tu aire
y enfisema pulmonar.
Depriva a mi alma de tu risa
y palpa mi colapso cardiopulmonar.
Respiro con dificultad.
Falla renal.
Inténtalo, deprívame de ti
y observa lentamente mi morir.

domingo, julio 07, 2013

Por Dentro

I
Todos tenemos un mundo interno
Pareciera ser un plano paralelo
Sólo nos vemos las carcasas,
vemos de nosotros el velo

Pretenda el soñador ver con claridad el universo
Percibir cada detalle
Hacerse propio el universo
Así mismo es la utopía
De querer vernos por dentro.

II
No me pidas que te descifre
Aún mi vida me es misterio
No me pidas que te posea
Si yo misma no tengo dueño.
Por favor, no me pidas que te explique
Cómo es mi yo, mi súper yo y mi ello.

Ellos están en pugna
Se enfrentan y producen mis deseos
Juegan a estar encriptos
Se esconden con Morfeo
No puedo hacer más
Que dejarlos andar sueltos
Pues quiera o no quiera
Soy yo los tres: también soy mi ello.

miércoles, mayo 22, 2013

Viceversa - Mario Benedetti


Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte 

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

domingo, abril 28, 2013

Y no te conozco


Ya ha pasado un año. 365 días exactos y te miro.
Miro la mirada que me haces cuando estamos frente a frente, miro tus actos, miro tus errores, miro tu dulzura. Miro cómo se mueve tu cuerpo cuando está junto al mío, miro tus manos, miro tus labios, miro tus besos, miro tus pies. Miro la forma en que te ríes, miro como miras la vida, miro lo que dices, miro lo que callas, miro lo que comes, miro lo que amas.

Pero después me pasa que te miro profundo, tu lado secreto-oculto y no te encuentro. No eres el que conozco, o el que creo conocer. Eres un alter ego, un simulador, un estafador, un actor de segunda, un clon. Y es que el otro lado de la moneda es feo. No me convenzo de que en tu cuerpo convergen dos seres tan distintos, tan diferentes. No te imaginas el jaque que me haces. Yo sólo puedo amar a un hombre, no a los dos. Puede que desee fervientemente el lado que amo de tí, pero como una sombra que nos sigue aparece este alter ego que no me deja amarte entero, que me aleja de ti. ¿Qué hacer? ¿A quién amar? ¿Cuánto tiempo podré pretender ignorar esa parte de tí, que bien sé que ya viene pisándonos los pies?

Te miro con mis ojos físicos y te amo. Te miro con mis otros ojos y me pregunto cómo es que tú y yo congeniamos... y es que ese otro ni siquiera eres tú para mí, ese es un extraño. Yo no podría amar a un hombre así, sinceramente no podría. Pero trato, créeme que trato. Te miro, te miro, te miro y te miro...  ¿Se puede acaso amar a un desconocido? Te miro, te miro y te miro, y no te encuentro en ese hombre nuevo. Yo te miro, te miro entero y me doy cuenta de la verdad terrible que me aqueja:  no te conozco, ni siquiera sé quién eres.



miércoles, abril 17, 2013

Recado a la luna.


No sé si será efectivo, la verdad soy medio escéptico en mis cosas, pero siempre veo en las películas como la gente lo hace, y la verdad es que estoy desesperado. No sé como encontrar a la que fue mi amada por tantas noches de luna llena, como esta luna de hoy. No sé cómo decirle todas estas cosas que me guardé y que tengo dentro.
Luna, tú que estás ahí brillante en la oscuridad, grande y bella, si en algo puedes, ayúdame. Tú que conoces todos los rincones de la noches, tú  que ves como todos los amantes se escapan juntos, tú que traes melancolía, amor y miedo, por favor, escúchame.
Tú conoces a mi amada. Es esa bella mujer que sale en las noches a caminar a la playa. Su pelo largo al viento y sus pies morenos por el agua. Oh, Luna. Acaríciale por mí. Con tus haces de luz falsa recorre su piel y guíale en la noche oscura. Llama su atención con tu hermosura y dile que lo siento, que fui un tonto al haberla dejado ir. Por favor dile que fui un cobarde, que no cumplí la promesa de cuidarla siempre y que no quise dañarla como lo hice. Tú has visto las noches que la lloro, cuéntale que es ella lo último en mi mente cuando voy a dormir y lo primero que veo cuando despierto. Oh, Luna, hazle saber que todo fue un error, que mi corazón le pertenece sólo a ella y que maldigo este cuerpo de hombre que la hizo sufrir. Por favor, dile que sin ella la vida carece de sentido, porque es ella mi compañera de vida. ¿De qué vale la buena comida, los viajes entre los cerros, las comodidades, y la alegría misma, si no está ella para compartirla? He sido un bruto y un ciego, he tenido al amor de mi vida entre mis brazos y yo mismo le he dado las razones para irse como se me va el agua entre los dedos. Ay de mí, Luna, en este estado miserable. Cómo quisiera volver a vivir todos los momentos que pasé a su lado, una y otra vez  sin que terminen. No olvido el perfume de su piel, ni sus sonrisas espontáneas, no olvido lo que le gusta desayunar por las mañanas, ni la música que siempre canta. Cómo olvidar las margaritas que la hacen feliz.

Me es imposible dejar ir el recuerdo de sus besos, sus abrazos, el sonido que hace cuando alcanza la pasión. Pobre de mí que no olvidaré sus manos tiernas dispuestas a acogerme y consolarme como un niño, o sus cantos suaves mientras cocina. No olvidaré esa canción antigua que canta, esa que le enseñó su abuela y que habla que el cielo debería ser como un beso eterno. Tampoco olvidaré cosas sencillas de ella como que le hace mal comer mucho arroz, o que se despierta enojada si la despiertan fuerte, o que prefiera el pan de un día al pan fresco, o que se pone crema en las rodillas porque cree que son feas, o que no confía en los gatos. Ay Luna, qué haré con toda esta información sobre mi amada… ¿acaso debo fingir que no la conozco y sencillamente olvidarla?
Luna, si aún me escuchas, dile que la seguiré buscando. No me rendiré hasta encontrarla, aunque ya no me quiera devuelta. Tan sólo necesito asegurarme de que sepa que no importa lo que me pase en esta vida, jamás, jamás, dejaré de amarla.